Basureros muertos

Andrés, conductor de recogida de residuos de la empresa Conserlim, concesionaria del servicio en la ciudad de Terrassa, no comprendía cómo se pudo abrir la compuerta trasera del camión. Con el ruido del vehículo y la oscuridad de la noche no se dio cuenta de la avería hasta llegar al vertedero, dijo. Las inmundicias, desechos y vidrios quedaron desperdigados por la calzada, con peligro para la circulación. Era una noche de julio de 1976, a destajo, bien entrada la madrugada.

La policía local alertó a la empresa y solicitó el adecentamiento urgente de la vía. Se envió, con presteza, una brigada de cinco operarios para limpiar la zona por la que había pasado el camión de basura. En un cruce de carreteras, mientras se afanaban a retirar los restos del pavimento, tres de ellos fueron atropellados por un turismo, un Seat 127. Los tres, Antonio, Carlos y otro Antonio, al alba, entregados a su tarea, murieron en el accidente.